lunes, abril 23, 2007


De Stravinsky a Aerosmith




Por Miriam Badillo
No soy una conocedora de nigún estilo o género de música en particular. Cuando alguién me pregunta ¿qué música te gusta? (ya saben, la clásica pregunta) no sé muy bien que decir. Puedo contestar que me gusta el rock, el jazz, la clásica o el tango. Sin embargo no puedo profundizar en el tema, a penas si puedo citar algunos nombres o discos. De modo que últimamente a esa pregunta suelo contestar: "no sé, creo que soy más bien de discos y canciones más que de géneros o estilos". La verdad es que me encantan las recopilaciones que algunos amigos me han regalado últimamente, la música que les gusta y quieren compartir, siempre hay un poco de todo. Y por más que diga que lo tropical no es lo mío, a la hora de bailar no desdeño nada de nada, a mí la música me induce al movimiento necesariamente, al baile. En fin el caso es que este fin de semana asistí a dos conciertos maravillosos. Sábado por la noche: OFUNAM (Orquesta Filarmónica de la UNAM), Stravinsky y su Consagración de la primavera (Sibelius, también estuvo presente). Leyendo el programa del concierto me encontré con la nota que introdece a las obras presentadas y sus autores. De la Consagración se contaba la polémica enorme que causó con su estreno, en París allá por los años 20. La obra de Stravinsky generó un auténtico motín del público, según leí. A mí me encantó el ruido ese que también es música y de pronto pensé que a los parisinos del estreno de la Consagración les habría hecho falta conocer primero el rock para poder comprender esta maravillosa obra. Yo, que ya conozco el rock, disfruté enormemente el concierto. Y pensé en que al día siguiente, ayer, iría a escuchar a una banda legendaria: Aerosmith y entonces seguiría mi banquete musical de fin de semana y así fue. No conocía muy bien a la banda y fuí con la idea dejarme llevar nomás y vaya que lo disfruté. Vino a mi mente la frase preciosa de Homero Simpson: "pude entender ese sentimiento de autodestrucción que hace del rock and roll el rey de la música", y es verdad, sensual autodestrucción, violenta autodestrucción, amorosa autodestrucción, enérgetica autodestrucción de la banda en el escenario, de la gente en las gradas. Autodestrucción que sin embargo regenera y crea en la vida, esa es la clave del reinado, cuando se logra.

Comments:
Miriam: de hecho hasta ahora que leo lo que dices de homero es que cae en mi, este coso fantasmal de la regeneracion que devera ser tarde o temprano puesto uno de sus extremos destructivos en una vuena copa de vino -amargo-, entonces el siguiente dia, nose, posilemente el apetito despierte nuevamente.
 
No sé, posiblemente, estas son las únicas frases adecuadas en este caso. Apetito y vino tinto, excelente y destructiva-regenerativa combinación. Gracias por entrar.
 
¡Lo más lindo que hay es aniquilarse un poco y revivir!

Hola Miriam, tu blog genial como siempre. En Internet se hacen muchos ensayos pero lo tuyo es de lo mejor y lo más libre que le leído en un buen tiempo. Un cordial saludo.
 
Hola Fernando, qué te digo, gracias por entrar y por las flores, digan lo que digan, nunca caen mal...nada mal.
 
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