martes, agosto 15, 2006
Texto y foto por Carlos Rodrigo F. Sáenz
Fotos de flores. Fotos de familia, de amigos, de cualquier gente.
Morirán y serán papel de recuerdo, colores del pasado, pétalos de la nostalgia deshojados. Marchitarse y hacerse polvo, es una ley que hasta los dioses cumplen. Y lo que queda en el alma, en el corazón, es el amor envuelto en la materia de los sueños y el recuerdo, que despierta y se hace sensible con la imagen.
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Leí hace poco, y lo vivo en mis propios intentos con la fotografía, que la cámara más que un objeto mecánico se vuelve metafisico con su capacidad de atrapar la luz y volverla sustancia.
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